sábado, 10 de enero de 2015

El valor de tener, gustar/experimentar y hacer.

Piensa que ves un coche impresionante. Un Ferrari, un RollsRoyce, o el tipo de coche en que te fijarías. ¿En quién piensas en relación a ese coche? Tómate un segundo ¿Ya? Me juego los huevos a que no fue el ingeniero que lo diseñó sino el conductor o el dueño. Este es un ejemplo para ilustrar el lugar común con el que voy a salir ahora: Vivimos en una sociedad en que se valora principalmente el tener. Compitiendo fuertemente con el valor del tener, sobre todo desde que las redes sociales están en boga, están el valor del gustar y del experimentar. Porque el tener resulta superficial, valoramos los gustos y las experiencias. Presumimos de los nuestros y envidiamos los ajenos.

Yo quiero reclamar el valor del hacer, para mí muy por encima del tener, el gustar y el experimentar. ¿Qué es el mérito de poseer, elegir o conducir ese coche comparado con el de haberlo diseñado, de haberlo llevado de la mente al papel (o a la pantalla) y luego a la realidad? La próxima vez que algo os impresione, pensad en quienes realmente fueron imprescindibles para que ese algo exista.

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